Historia de las orquídeas

Las orquídeas son flores que desde tiempos inmemoriales han despertado las más inimaginables pasiones en los hombres, pues ninguna familia de plantas tiene una gama de flores tan diferentes y exquisitas.

La palabra “orquídea” deriva del griego orchis que apareció por primera vez mencionada en un manuscrito del filósofo griego Theophrastus (371-285 a.C.). El nombre significa “testículo” y hace alusión a los seudo bulbos  de algunas especies y al uso medicinal que se le asignaba a esta flor como afrodisiaca y potenciadora de la fertilidad.
Con el tiempo, la palabra orchis pasó a ser orchidaceae; término con el que se designó a la familia más numerosa del reino vegetal con aproximadamente 25000 a 35000 especies.
Theophrastus, que había adquirido los conocimientos botánicos de Aristóteles, dejó en sus escritos “Estudio sobre las plantas,” un registro de más de quinientas hierbas medicinales, incluyendo las orquídeas. Luego Dioscórides, medico de Nerón, inventario  su tratado de materia médica, más de seiscientas plantas curativas de diversos géneros y familias de orquídeas. Y en China, Confucio (551-479 a. C.) exaltaba la belleza y el perfume de estas flores.
Con respecto a la edad geológica de las orquídeas, parece ser que la mayor parte de su evolución ocurrió cuando los continentes se separaron. Todo hace suponer que su existencia en la tierra tiene entre 40 a 80 millones de años, razón por la cual son consideradas “jóvenes”.
Las especies más primitivas fueron terrestres y luego se produjo el salto a los árboles. Por ser herbáceas y no contener tejidos duros, prácticamente no llegan a fosilizarse. Los pocos fósiles citados en la historia tienen 2 millones de años. Al ser una familia joven, aún no tiene forma definitiva y por ello el ser humano puede ser parte de su evolución. Si bien han desaparecido muchas especies del planeta por la acción del ser humano, no se descarta la aparición de nuevas especies e híbridos naturales.
Los aztecas conocieron, antes de la llegada de los españoles, las propiedades de las orquídeas, en especial, las del género Vanilla (vainilla).
Fue el botánico, y naturalista sueco Carl Linneo (1707-1778 a. C.) quien creó un sistema de clasificación binominal (es decir por género y especie) en su libro Sistema Nature.
En 1840 el profesor de origen Inglés, John Lindley padre y fundador taxonómico de orquídeas y figura relevante en el tema por más de 50 años, autor de Los géneros y especies de las plantas orquídeas.
Asimismo, son dignos de destacar los experimentos de Charles Darwin con orquídeas, en especial los principios de la polinización, publicados en su libro de los diferentes artificios mediante los cuales las orquídeas son fertilizadas por insectos.
En 1922 Knudson realizó sus estudios sobre la germinación simbiótica in vitro sustituyendo las hifas del hongo simbionte por los elementos nutritivos en un sustrato de cultivo químico artificial al cual se agregaba glucosa agar, agua y sales minerales.
A comienzos de 1960, Morel aplicó los principios de la multiplicación meristemática en las orquídeas del género Cymbidium. Esta técnica de clonación de orquídeas fue revolucionaria y como consecuencia llevó al mercado infinidad de especies de híbridos. Con esto se logró la adultez de las plantas en un tiempo más corto y con costos más accesibles.

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